Atención a lo que compartimos por WhatsApp
Una imagen de un amigo o familiar en una situación graciosa nos puede parecer divertida en un momento dado e invitarnos a compartirla por WhatsApp o redes sociales a un círculo cerrado de amigos. El problema es que una vez se pulsa el botón “enviar” se pierde por completo el control de la imagen o vídeo, y si se viraliza, resulta prácticamente imposible eliminarla de las redes. Esto puede resultar especialmente dramático en situaciones de acoso y lo peor del asunto es que este legado deja huella y puede pesar en un futuro para los que se encuentran en búsqueda de empleo. ¿Qué se debe hacer si se recibe una fotografía de estas características? Lo primero y fundamental, no compartirla, y lo segundo, proceder a denunciarla o reportarla para evitar males mayores.
Cuidado con las redes WiFi
Siempre viene bien conectarse a una red WiFi en los cafés y aeropuertos y aprovechar esos tiempos muertos para avanzar el trabajo; sin embargo, este tipo de redes abiertas suelen ser un pasto idóneo para los hackers que aprovechan la debilidad de la conexión para acceder a la información que sale de nuestros equipos. Lo mejor es evitar en lo posible conectarse a estas redes inalámbricas, pero si no queda más remedio, hacerlo empleando un servicio VPN solvente que cifre la conexión. En todo caso y conectados a estas redes, es muy recomendable enviar información sensible como puede ser la contraseña de la banca electrónica o cualquier otro dato que nos pueda comprometer.
Mantener siempre el firmware actualizado de los equipos
Es una de las principales recomendaciones y aplicable a todo dispositivo que se conecta de una u otra manera a Internet: asegurarse de contar siempre con la última versión de la plataforma ¿Por qué? Los fabricantes siempre se preocupan de corregir pequeños bugs o dar respuesta a posibles ataques de los amigos de lo ajeno, y lo hacen con nuevas versiones de los sistemas operativos. Aquello de “yo espero un poco para actualizar para evitar errores” ya no es aplicable en nuestros días dada la proliferación de malware y demás lacra en la red,
Cuidado con las tiendas on line dudosas
Resulta muchas veces sorprendente comprobar lo bien confeccionadas que están algunas imitaciones de tiendas on line en la red, y en todo caso, si vamos a efectuar una compra en la red, conviene asegurarse de la solvencia del sitio ¿Cómo? La primera pista es la presencia de faltas de ortografía o textos sin coherencia; los hackers suelen apresurarse a la hora de montar estas tiendas y por ello descuidan estos aspectos. La segunda máxima que debe cumplirse en toda web en la que vayamos a introducir nuestros datos es que la URL comience siempre con un “https” y no “http”; lo segundo implicará que la conexión no es cifrada.
Evitar las contraseñas tipo “1234”
Parece mentira pero el ser humano tiene una tendencia natural a cometer siempre los mismos errores y esta costumbre ancestral permite que los hackers tengan su tarea mucho más fácil. En este sentido, uno de los principales problemas en materia de seguridad en la red se encuentra en el uso de contraseñas simples y con una nemotecnia demasiado evidente: nos referimos al clásico “1234” o cualquier secuencia que sea fácil de recordar. Hay que huir de estos passwords como de la peste y el motivo es muy sencillo: son muy fáciles de franquear. “Existe una herramienta de código abierto y accesible por cualquiera, HashCat, que permite romper la seguridad de una contraseñas de ocho caracteres en apenas dos horas”, explica a EL PAÍS Fernando Suárez, presidente del Consejo General de Colegios de Ingeniería en Informática, quien recomienda, asimismo, no usar la misma contraseña en distintos servicios, ya que si esta es hackeada “sería como dar una copia de las llaves de casa a desconocidos y no cambiar la cerradura”.
Nunca dar datos personales por mail o SMS
Uno de los males más extendidos y peligroso en este momento es el phishing, una técnica que, mediante el engaño, consigue robarnos información personal que luego es empleada para una suplantación de la identidad o bien para cometer estafas. La mejor defensa es el sentido común: ni la Agencia Tributaria ni Correos nos va a solicitar que introduzcamos nuestros datos en un link que llega por SMS o email, y como medida de precaución y ante la duda, lo mejor es contactar directamente con el organismo que presuntamente nos pide estos datos y verificar su autenticidad. Resulta sorprendente comprobar lo bien que están elaborados ciertos correos electrónicos o mensajes y en un descuido, se puede picar.
Fuente: El País