WhatsApp ha dado marcha atrás en su decisión de limitar la funcionalidad de la app a los usuarios que no estén de acuerdo con los cambios de política que han causado polémica en los últimos meses.
Las nuevas condiciones debían aplicarse por primera vez en febrero y luego se retrasaron hasta el 15 de mayo, en medio de la preocupación de que Facebook tuviera acceso a los datos de los usuarios y, potencialmente, al contenido de los chats, erosionando así la privacidad para la que se creó originalmente WhatsApp.
WhatsApp, adquirida por Facebook en 2014, dijo que la nueva política de privacidad cambiaría el funcionamiento de las aplicaciones de Facebook y WhatsApp, y que se ofrecerían “integraciones” para las empresas que quisieran gestionar los chats de WhatsApp con sus clientes a través de la plataforma de Facebook.
Sin embargo, los cambios no resultaron ser populares, ni tampoco el enfoque de WhatsApp de “tomarlo o dejarlo” para los usuarios, a quienes se les dijo que esperaran una funcionalidad limitada de la aplicación si no aceptaban los nuevos términos.
En un principio, WhatsApp informó que los usuarios que se negasen, se encontrarían con recordatorios persistentes durante unas semanas y con funciones graduales y reducidas, como la imposibilidad de acceder a las listas de chat.
Aunque los chats y los contactos de los usuarios no se compartirían con Facebook, los datos del perfil del usuario sí se compartirían una vez que ese usuario se comunicara con una empresa en WhatsApp.
Sin embargo, esta garantía no fue suficiente para apaciguar a algunos de los dos mil millones de usuarios de WhatsApp, millones de los cuales han recurrido desde entonces a alternativas de chat cifrado, como Signal y Telegram.
Desde entonces, WhatsApp ha intentado explicar lo que significan los cambios de privacidad para los usuarios, pero como los controvertidos cambios provocaron que los reguladores alemanes presentaran una prohibición de emergencia de tres meses en la que se prohibía a Facebook procesar datos personales de WhatsApp “para sus propios fines”, parece que la empresa finalmente ha frenado su enfoque de mano dura.
Las actualizaciones de los términos de privacidad han seguido adelante, pero los usuarios que se nieguen pueden seguir utilizando WhatsApp con normalidad.
Con información de: Xataka.