La tecnología llega al rescate para facilitar nuestra vida en el encierro.
Ni la más arriesgada de las películas de ciencia ficción podría dibujar una escena tan dramática: la crisis del coronavirus ha dejado pequeños todos los guiones propios de Hollywood y ahora es responsabilidad de todos hacerle frente evitando el contagio y quedándonos en casa. En países como Estados Unidos o los escandinavos existe una mayor cultura del teletrabajo, pero no así en España, donde nos hemos visto obligados a abrazar de forma súbita este modo de trabajar. Ahora bien, ¿cómo puedo organizarme en casa para seguir estando operativo y ser productivo?
Una buena conexión a Internet
Puede parecer una tontería pero todo el teletrabajo depende casi exclusivamente de que seamos capaces de acceder a Internet para las comunicaciones remotas y conviene recordar que no estaremos solos en el encierro: los que tengan hijos, lo más probable es que estén jugando a Fortnite o viendo Netflix y acaparando el grueso del ancho de banda. Esta circunstancia puede arruinar la experiencia de una videoconferencia y poner en aprietos la descarga o subida de archivos de gran tamaño a la nube. ¿Qué se puede hacer?
Los principales operadores se han adelantado a este potencial colapso de los routers ofreciendo gigas gratis a sus abonados y una buena opción es recurrir a nuestra propia conexión a Internet mediante el móvil haciendo tethering. Compartir datos es muy sencillo (instrucciones para hacerlo en un dispositivo Android y un iPhone): el móvil actuará como router y con la generosidad de datos ofrecidos de forma gratuita por los operadores (entre 30 y 60 GB), no habrá problema para un uso profesional de la línea. Pero si lo que se desea es garantizar el acceso al router de casa y evitar su colapso, lo más recomendable es emplear una conocida como red en malla, consistente en adquirir un router adicional, tipo Google WiFi, que gestiona la conexión y asigna recursos en función de la demanda.
Dar el salto a la nube
Para quien no tenga el hábito de utilizar herramientas en la nube, es el momento adecuado para dar el salto. El principio básico de estos programas reside en ubicar toda la información en servidores remotos de manera que dé igual desde dónde se acceda a ella; los autónomos y gente habituada al teletrabajo conocen bien sus ventajas y quien se habitúa ya no puede pasar sin ellas. Lo más recomendable es emplear herramientas como Dropbox, Google Drive o OneDrive, que cuentan con una cuota básica de almacenamiento totalmente gratuita y a partir de ahí precios anuales realmente económicos (convendrá saber si la empresa se hará cargo de los mismos o no).
En lo que respecta a la seguridad, conviene recordar que estas herramientas mantienen la información cifrada en sus servidores y la protegen mediante verificación en dos factores, esto no quiere decir que sean servidores inexpugnables pero uno puede estar tranquilo. Si se desea una capa extra de seguridad en la conexión en casa, convendría contratar un servicio VPN que cifre la conexión y se asegure que quede alejada de manos y ojos ajenos.
El poder de las videoconferencias
Ya no podemos salir de casa y mucho menos reunirnos con clientes o proveedores, pero esto no quiere decir que el aislamiento nos incomunique. Quienes ya hayan empezado a teletrabajar habrán descubierto las ventajas de una conferencia con conexión a vídeo y entre varios asistentes. Sería tentador recomendar herramientas dedicadas como Zoom, pero realmente no es necesario instalar ni contratar servicios de software nuevos cuando todos tenemos en nuestros bolsillos unas herramientas muy poderosas que pueden aprovecharse desde ya.
Nos referimos a la videollamada grupal de tanto WhatsApp como Messenger, unas funciones que estaban ahí, casi olvidadas, y que ahora cobran especial sentido por una mera cuestión de necesidad. Estas conferencias son cifradas de punto a punto con lo que la privacidad está garantizada, y lo único que exigen es una conexión a Internet aceptable, algo que habríamos garantizado en el punto anterior.
Buscando la concentración
Dependiendo del tamaño de la casa, habrá quien cuente con un despacho privado y quien se vea obligado a trabajar desde el salón o la cocina. En cualquiera de estos casos, lo mejor es desconectar de los elementos externos y centrarse en el trabajo por lotes de tiempo y así evitar que los más pequeños o el perro nos molesten. ¿Cómo lograrlo? Lo mejor es hacerse lo antes posible con unos auriculares que cuenten con cancelación de ruido, una inversión un poco costosa pero que compensará en el rendimiento en el trabajo.
Estos auriculares analizan de forma constante el ruido ambiental del entorno mediante micrófonos externos, y lo compensan electrónicamente en nuestros oídos logrando una grata sensación de aislamiento. Se puede añadir un sonido relajante de fondo y se logrará trabajar con una mayor concentración.
Supervisando a nuestros seres queridos sin desconcentrarse
Una vez creado el entorno de trabajo y puestos a la faena, siempre nos quedará la duda de cómo estarán los menores en su cuarto o qué tal estarán nuestros mayores que viven con especial preocupación la crisis del coronavirus. Para los primeros, es una buen ocasión de adquirir una videocámara, tipo Ring, a la que podamos acceder ocasionalmente desde el móvil o bien instalar en casa dispositivos tipo Nest Hub o Amazon Echo Show que cuentan con cámaras integradas y a través de los cuales podemos supervisar lo que sucede en otra estancia de la casa.
Para los mayores que vivan solos, sería recomendable instalar herramientas dedicadas como Wattio Conecta, un servicio ofrecido por la firma española Wattio y que se compone de sensores y cámaras y que alerta mediante notificaciones de posibles problemas en la casa de las personas más mayores.
Fuente: El Pais