La UVigo colidera un estudio del uso problemático de Internet en el encierro.
Durante el confinamiento, muchos adultos vigueses mataron el tiempo ante el ordenador comportándose casi como adolescentes, enganchados a prácticas de riesgo on line como el sexting (enviar fotos eróticas a la pareja), viendo porno en Internet o contactando con desconocidos en las redes. Dieron tasas de adicción a las tecnologías del 14 % frente al 21 % de los adolescentes. Los más afectados tenían entre 18 y 30 años, con una tasa de uso problemático de Internet del 20,3 % pero afloró un 7,8 % de los maduros, de 50 a 64 años, que cayeron en estas conductas de riesgo on line. Respecto a los menores de 30 años que vivían solos en el confinamiento, el 76,2 % reconoció consumir porno on line y un 33,3 % hacer sexting con su pareja. Un 10,6 % se excedió con los videojuegos.
Al salir del encierro, ¿todo volvió a la normalidad o esas adicciones quedaron ahí y generaron un impacto? Es el enigma que trata de resolver la Universidad de Vigo, la cual colideró un estudio internacional sobre el uso de Internet y las adicciones tecnológicas durante el confinamiento por el covid de marzo a junio del 2020. Los resultados rompen un mito: el encierro no aumentó las conductas de riesgo on line, sino que las bajó levemente.
La investigación fue realizada por expertos en adicciones de Vigo, Santiago y Valencia. Hicieron encuestas on line a 9.000 adultos de 18 a 64 años en España y Latinoamérica. De Galicia, contestaron 400. Uno de los investigadores, Antonio Rial, desvela que muchos adultos cayeron en el encierro en adicciones que se atribuían a los adolescentes como el abuso de Internet, las redes sociales, los videojuegos y el juego on line.
Según Rial, el estudio constata «cifras preocupantes» de enganchados, por lo que sospechan que la adicción tecnológica es un problema global y que «no distingue edades ni fronteras». Ve, además, una estrecha relación entre estas adicciones tecnológicas y el bienestar emocional. «Se han detectado niveles sensiblemente mayores de depresión entre aquellas personas que presentan también problemas de adicción en la red», dice.
Necesidad de socializar
Y es que muchos estudiosos ya califican el uso problemático de Internet como un «campo de minas» que genera importantes incógnitas respecto a su prevalencia (caso del sexting, el contacto con desconocidos, el ciberacoso o el consumo de porno on line) y conductas asociadas, y factores desencadenantes entre la población adulta, que hasta ahora había suscitado menor interés.
El director del estudio, Víctor Villanueva, de la Universidad Internacional de Valencia, explica que el proyecto surgió del Grupo de Investigación en Salud y Ajuste Psicosocial (Gisaps) de la UIV, en colaboración con los doctores Antonio Rial, de la Universidad de Santiago, y Manuel Isorna, de la UVigo. Villanueva trabajó en Galicia en el Plan de Trastornos Adictivos de la Consellería de Sanidade y en la Fundación Érguete. Su reto ahora es, un año después, comprobar si en el 2021 se mantienen los cambios «para bien o para mal» que afloraron en el confinamiento.
Villanueva explica que no hay diferencias de adicción entre las regiones y se pueden extrapolar todos los datos a Vigo. «Ha habido un incremento del uso de Internet, lo que se explica claramente porque durante el confinamiento las personas seguían teniendo necesidad de mantener contacto social pero como no podía ser presencial, se derivó a través de lo on line», dice.
Recuerda que hubo gente que empezó a teletrabajar y aumentaron las horas de conexión on line. Por otra parte, entre los estudiantes universitarios aumentó la formación académica y profesional a través de metodología on line. Esto explica el incremento pero hay un mayor riesgo de uso problemático de Internet y una mayor exposición a ellos. Además, al estar más tiempo confinados y con menos ocio alternativo y saludable, con menos horas de deporte, de socialización y de actividades culturales, «todo se limitó al ocio en las pantallas de televisión, telefonía móvil, Internet y videojuegos. Es lógico que todo eso aumentase con todos los riesgos que conlleva».
Menos apuestas «on line»
Respecto a las apuestas on line, ve una disminución porque también bajaron las competiciones deportivas, al ser canceladas, y estas apuestas están vinculadas a los resultados. En el confinamiento, se apostó menos en España que en Latinoamérica pero la tasa de adicción a los videojuegos fue mayor en el viejo continente, y supera en 4 puntos las tasas antes del confinamiento.
Vía | La Voz de Galicia