Nada se deja a la improvisación en la casa real británica. Y menos la organización de un funeral de Estado tras el fallecimiento de la reina Isabel II. Tanto es así que el protocolo de los diez días que seguirán a su fallecimiento es conocido en Reino Unido como la Operación Puente de Londres. Pero incluso dentro de un plan cerrado, hay posibilidades. Por eso la posible muerte de Isabel II en la residencia escocesa de Balmoral, donde se encuentra ahora, recibe un nombre distinto, Operación Unicornio, y tiene además unas características que varían del plan original. 

Si finalmente la reina británica fallece en su residencia escocesa, el primer paso es que los miembros del Gobierno y el primer ministro a la cabeza sean informados del suceso. Después, arrancará una serie de protocolos, tanto en la casa real británica como dentro de la Administración del Estado. 

Será el segundo día tras su muerte, después de que el Gobierno y las cámaras británicas emitan sendos comunicados a la ciudadanía mostrando sus condolencias, cuando se activen las dos posibilidades que hay para trasladar el cuerpo de Isabel II a Londres. Aquí se abren dos posibilidades: que el féretro viaje en tren o que sea trasladado hasta la capital británica en avión. 

Si la casa real británica opta por la primera opción, se activará la llamada Operación Unicornio, que marca la llegada de ese tren desde Escocia a la estación londinense de St. Pancras, donde el primer ministro británico y el resto de los miembros de su Gobierno deberían esperar al cuerpo para que de comienzo el funeral de estado. Si finalmente la opción es la segunda y el cuerpo de Isabel II es trasladado en avión, la logística pasa a llamarse Operación Overstudy.

Después, el cuerpo de la reina debería permanecer durante tres días en el Palacio de Westminster antes de que el funeral de Estado de comienzo en la abadía.

Info – niusdiario